2024-05-18 19:00:51
Esta es una de esas historias tan y tan curiosas que, créanme, puede que les acompañe durante el resto de su vida. Y es que, no sé si lo sabían, pero las arañas no tienen orejas pero oyen. No tienen oídos ni internos ni externos pero, aun así, son capaces de percatarse de todo lo que ocurre a su alrededor. ¿Y saben cómo lo hacen? Resulta que estos fascinantes artrópodos tienen dos técnicas para oír. Por un lado, perciben las vibraciones del entorno mediante los pelos que recubren su cuerpo. Y por otro lado, según desvela una investigación de la Universidad de Binghamton, las arañas también utilizan sus telarañas, casi como si fueran un sensor externo, para escuchar lo que ocurre a su alrededor.
¿Pero cómo es posible que las arañas sean capaces de oír a través de estas delicadas estructuras de seda en las que cada filamento es mucho más fino que un cabello humano? Pues bien, presten atención porque la explicación resulta fascinante. Resulta que la seda de araña captura a la perfección velocidades de las partículas de aire cuando son empujadas por un campo sonoro. O dicho de otra manera, reflejan las vibraciones del aire que se producen cuando un sonido viaja por el espacio. Este proceso se parece, conceptualmente, a cómo funciona el tímpano de muchos animales (incluidos nosotros los humanos) pero en el caso de las arañas es extremadamente más preciso.
Para poner a prueba esta hipótesis, los científicos llevaron a su laboratorio varias telarañas de una especie conocida como araña puente (Larinioides sclopetarius). A partir de ahí reprodujeron sonidos de entre 1 Hz y 50 kHz y, con la ayuda de aparatos tan sofisticados como un vibrómetro láser, midieron el movimiento de la seda. El resultado fue apabullante. Los análisis demostraron que la telaraña capturaba a la perfección la información transmitida por el sonido mediante la vibración de las partículas del aire. “Esto confirma que las arañas utilizan este mecanismo para oír qué ocurre a su alrededor y para capturar sus presas”, afirma.
Hay especies de arañas que también utilizan sus filamentos de seda para comunicar su disponibilidad sexual en época de apareamiento
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Pero eso no es todo. Ya son muchos los estudios que muestran cómo las arañas utilizan sus telas como herramientas para percibir el entorno y, además, para comunicarse entre ellas. Por ejemplo, las vibraciones de la seda pueden indicar que una presa ha quedado atrapada. Hay especies que utilizan estos filamentos para señalar su disponibilidad sexual durante la época de apareamiento. Otras especies, como las que viven en comunidades, también utilizan estas telas para facilitar la comunicación dentro de una misma colonia y coordinar ciertas actividades como la caza y la defensa del territorio.
Tecnología arácnida… para micrófonos
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Esta historia va mucho más allá de una anécdota. O de una de esas curiosidades que se cuentan entre compañeros a la hora del café. Según explica un equipo de expertos de la Universidad de Binghamton, este mecanismo podría ser clave para diseñar los micrófonos del futuro. “El mecanismo que utilizan las arañas para oír es mucho más preciso que el nuestro y tiene un gran potencial para detectar sonidos con una gran sensibilidad e incluso a largas distancias”, explican los científicos que han liderado este trabajo, presentado de forma oficial en el congreso celebrado esta semana en Ottawa, Canadá, de la Acoustical Society of America y la Canadian Acoustical Association.
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“Estudiar estos filamentos y sus propiedades mecánicas puede inspirarnos para crear diseños novedosos”
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Los investigadores afirman que ya se están haciendo algunas pruebas piloto, o mejor dicho de concepto, para poner a prueba esta tecnología inspirada en las telarañas. Por ejemplo, incorporando a los micrófonos fibras sintéticas extremadamente filas que emulan la seda de las arañas. “Lo mejor es, sin duda, la tela de araña, pero dado que este material solo puede ser fabricado por estos animales no es práctico incorporarlo a los miles de millones de micrófonos que se fabrican cada año”, explica Ronald Miles, uno de los científicos a cargo de este trabajo. “Sin embargo, estudiar estos filamentos y sus propiedades mecánicas puede inspirarnos para crear diseños novedosos”, afirma el especialista.
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