Satisfaction des Rolling Stones : 60 ans d’un hymne rebelle

PARIS – Lundi 3 juin 2025 – Comment oublier la chanson Satisfaction des Rolling Stones ? Cette dernière fête ses 60 ans d’existence, née de l’inspiration de Keith Richards, le 7 mai 1965. On se souvient du riff légendaire qui a révolutionné la musique rock, de l’écriture de Mick Jagger et de l’enregistrement sans fioritures. Véritable hymne de toute une génération, Satisfaction continue d’évoquer la rébellion et un sentiment d’insatisfaction profond. Pour en savoir plus sur l’impact de cette chanson, lisez la suite !

2025-06-03 15:56:00

Tata-tatatá-tatata. Ocho acordes de guitarra, tocados con un distorsionador -un ‘fuzz’- para hacerlos aún más duros. Un riff diabólico, seco, austero, perfecto, acompañado de una letra tan simple como insuperable. Hablamos de I can’t get no (Satisfaction), el tema más famoso de los Rolling Stones, el himno de toda una generación, el emblema de una época. La canción acaba de cumplir 60 años y sigue plenamente vigente, disfrutando de buena salud. Probablemente porque en estas seis décadas no hemos logrado apagar nuestra insatisfacción.

Cuenta la leyenda que Satisfaction nació la noche del 7 de mayo de 1965, cuando Keith Richards, solo en la habitación de un hotel Clearwater, en Florida, se despertó en medio de la noche con la mente nublada por el sueño (y, probablemente, por la ingestión de whiskey y de alguna sustancia estupefaciente). Cogió la guitarra, empezó a tocar y dio con un riff magistral. Antes de que esas notas pudieran desvanecerse, Richards buscó rápidamente su reproductor de casetes de la marca Philips, le dio al botón de ‘record’ y grabó en una cinta de 90 minutos un fragmento de la melodía, para a continuación caer redondo en un estado de inconsciencia profundo.

Al día siguiente, cuando despertó, no se acordaba de nada. “No tenía ni idea”, admite Richards en Vida, su autobiografía, publicada en 2010. “Cuando me desperté aquella mañana, la cinta se había terminado. La rebobiné, le di al ‘play’ y sonaron unos 30 segundos de Satisfaction, en una versión con tono somnoliento. De repente la guitarra hizo ‘clang’, y a continuación vinieron unos 45 minutos de ronquidos”.

En cualquier caso, a Richards esos acordes le parecieron interesantes, así que decidió llevarle la cinta a Mick Jagger, y este terminó de escribir el tema. Sus Satánicas Majestades, los cinco impertinentes británicos que componían los Rolling Stones, se metieron el 12 de mayo de 1965 en los estudios RCA de Hollywood y grabaron la canción sin florituras, de manera sobria, directa.

Cuenta el propio Keith Richards que sólo unos días después escuchó Satisfaction en una emisora de radio de Estados Unidos, y que se enfureció porque el manager de la banda, Andrew Log Oldham, la había publicado tal como la habían grabado, sin consultarles ni decirles nada. Pero a los Stones no les dio tiempo a enfadarse: I can’t get no (Satisfaction) salió el 6 de junio en Estados Unidos y en cuestión de días llegó a número uno a ambos lados del Atlántico. Fue el primer tema de los Rolling Stones en alcanzar esa posición tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña, consolidando su fama global.

“Tenía todos los ingredientes”, explicó el propio Mick Jagger en una entrevista en 1995 a la revista Rolling Stone, destacando que el éxito de la canción se debía a “un título muy pegadizo”, “un riff inolvidable”, “un gran sonido de guitarra” y una letra que “encapsulaba el sentimiento de la época” marcada por la “alienación sexual”. Y a eso habría que añadir las múltiples lecturas que evoca la frase I can’t get no satisfaction: desde la desilusión social hasta la insatisfacción sexual, pasando por la más que posible frustración de los Stones ante la industria musical o su agobio ante la creciente presión comercial de la que eran víctimas.

Los Rolling Stones en 1965 (Getty Images).

Pero, sobre todo, la canción recogía el espíritu de una época de efervescencia cultural en la que los jóvenes comenzaban a desafiar las convenciones sociales y a oponerse al consumismo desenfrenado. Y la letra, además de sus connotaciones sexuales, expresaba decepción ante el conformismo y rechazo de la publicidad invasiva y la superficialidad de la sociedad. “La canción habla del sentido de alineación, de no lograr encontrar nada auténtico en un mundo lleno de mensajes vacíos”, en palabras del propio Jagger.

“No puedo lograr satisfacción”, tal y como reza el estribillo de la canción, era un potente eslogan, que la mayor parte de la juventud enseguida hizo suyo: no estamos satisfechos, queremos más, y lo queremos ya. Y a eso que suma que el mensaje, lanzada en el momento justo, iba acompañado de ese riff de guitarra inolvidable, declarado en 2010 por la revista Rolling Stone como el segundo mejor de toda la historia (por detrás solo del de Sweet Child O’ Mine de los Guns N’ Roses). Satisfaction se convirtió así en emblema de la desilusión profunda con el establishment, en símbolo de rebelión. Y hasta hoy.

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